Un Sueño, una aparición, una sensación al despertar, una idea, la mirada perdida en algún lugar y la cabeza viajando, un sabor que se acuesta en la punta de la lengua cuando amanecés, te invito a que pasees por estos paisajes oníricos y si te tienta.....compartas lo tuyo.



viernes, 3 de febrero de 2012

Desasosiego

Por Naty Vartanian


Ella emprendió su viaje sola, porque así estaba: sola, como si los demás habitantes de esta ciudad se hubieran ido momentáneamente a otra dimensión. Algo de ella ya no estaba, algo había perdido, lo había dejado de a poco, como la arena que se cuela silenciosa y tímida por debajo de la puerta.
  Cargó en la mochila lo necesario mientras iba tachando de la lista, que cuidadosamente había escrito, las cosas ya guardadas.
Pensó en lo que había pasado recientemente, esbozó una sonrisa débil, casi burlona de sí misma, y siguió con su tarea hasta finalizarla.
Quería llamarlo para contarle, pero no habían hablado en un tiempo. Cerró y aseguró su mochila, miró el reloj, y vio que ya era hora. Era hora de irse.
Cuando llegó a destino, el mar estaba tranquilo, el día nublado y la arena era blanca, fina y un tanto resbaladiza. Con su mochila a cuestas, la mirada medio perdida, y ese vestido lila que le había regalado, caminó y caminó recorriendo el lugar. Se interesó particularmente por un puesto donde algo que brillaba tranquilamente atrajo su atención de inmediato. Lentamente se acercó, la agarró entre sus manos y percibió algo en su interior :"Aguamarina" escuchó. Levantó la vista, la muchacha a quien pertenecía el puesto le había hablado: "Aguamarina", repitió una vez más, "la aguamarina es una piedra muy tierna que tiene propiedades calmantes, para momentos de fuertes cambios emocionales. Da una calma serena" terminó diciendo.
" Serena.....serena....." se repitió a sí misma por un momento. Ella no supo si fue la mirada de aquella muchacha hablándole dulcemente o si fue el mismísimo efecto de la piedra que sostenía entre las manos, pero en ese preciso instante la serenidad se apoderó de ella."Si",  dijo la vendedora con una sonrisa cómplice y amable, "es tuya". Sin mediar más palabras la ayudó a colgar el dije en su cuello, la despidió con un beso en la frente y ella siguió su camino.
De vuelta hacia la casita que había rentado, miraba curiosa el paisaje, el día seguía nublado, con una llovizna que lentamente iba mojándole la ropa. Y ahí estaba. El corazón se aceleró lo suficiente como para sentirlo sin necesidad de apoyar la cabeza sobre su pecho, la respiración se detuvo, los pies no sabían a dónde ir. Solamente pudo mirar. Solamente pudo mirarlo, mirarlos.
La lluvia que lentamente había mojado su vestido, ése que él le había dado, el pelo sobre la cara desalineado, los ojos mirando sin ver, los pies recubiertos de arena mojada,la aguamarina colgando sobre su cuello  y él, sonriendo. Intentó moverse, pero sólo consiguió dar unos pasos torpes. Decidió moverse, casi obligándose a hacerlo. Pasó cerca de donde estaban, tratando de ser invisible al menos por 10 pasos, pero el perfume que llevaba, ese que a él le recordaba a febrero, inundó el aire y llamó su atención. Comenzó a buscar la fuente de ese aroma, pues era inconfundible, era una mezcla de madera, flores y ella. Sin lugar a dudas, la buscó con la mirada hasta que dio con ella, pero solamente se miraron. Ella, con el pelo sobre la cara y la mirada ya no perdida  sino intensa. Él, tenía los ojos marrones brillando, el pelo descuidado como si hiciera meses que no se lo cortaba, la barba de unos días y el ceño fruncido.Intentó ir hacia donde estaba ella, pero ambos entendieron que no era necesario. Se sonrieron, asintieron con la cabeza levemente como si eso dijera todo y siguieron su camino.
Ella sabía que iba a tratar de recuperar eso que el amor le había robado, ese desasosiego que se siente sólo cuando el amor no es correspondido, pero ahora la serenidad estaba de su lado. Al menos era una buena forma de comenzar, una buena manera de empezar a sanar. Ella, su aguamarina, el vestidito lila y el mar. Ya no estaba tan sola, se tenía a ella misma

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