Shanghai

Estaba oscuro, la noche era bien negra, un aire ominoso y lúgubre cubría el ambiente, el agua que avanzaba lentamente ayudaba a que el miedo le revolviera cada vez más fuerte las tripas. Ella contemplaba con resignación como su balsa se iba hundiendo, cómo lo que alguna vez fué, ya no era, ni iba a ser; una mujer le tomó la mano y la arrastró hacia el mar, podía sentir como le pinchaba la piel el frio del agua,cómo contraía cada músculo de su cuerpo, se dejó llevar y comenzó a nadar, la luna se posaba como espejo roto en la superficie que podía espiar con cada bocanada de aire; al llegar ahí , saca la llave de su mojado bolsillo, le tiritaba el alma, abrió la puerta y un poco de agua entró en la balsa, que se encontraba hundida cual submarino, el agua lentamente fue bajando, parecía que nada iba a ocurrir esta vez. Luego de unas horas empezó a llover de nuevo , algo hacía pensar que nada iba a arreglarse, la orquesta de gotas comenzó a aturdirla,a aplastarla, se hacía cada vez más fuerte,más ensordecedor, ya no era música ni ritmos, era el resultado del sonido de cada gota mezclado con cada uno de sus recuerdos, la mujer que la había acompañado hasta su casa decidió partir, se quedó sola y en un instante, pensó en dejarse morir, pero la posibilidad de una muerte traumática la empezó a llenar de temor,no podía dejar de sentir anticipadamente, lo que le iba a pasar cuando el cuerpo dejase de respirar; recogió un reloj, agrarró sus llaves y le gritó a la misteriosa mujer que se aparecía sin rostro, que la espere, agitada comenzó a nadar, las olas rebeldes por momentos no le permitían avanzar, sus miedos, obsesiones y fantasmas no dejaban de hacer lo suyo como tantas veces,como siempre, se preguntaba si hizo bien en dejar que se hundiera esa casa dónde había pasado sus días. Al salir del agua apareció en un castillo , con un amigo quisieron tenderle una broma a quien vivía ahí, como niños recorrieron cada recoveco y se metieron en muchos pasadizos secretos, interrumpieron una obra de teatro con sus risas( ya no era un castillo, era un viejo teatro)  hasta que ella quedó trabada en un lugar, en el intento por salir, los deslices de esta extraña realidad la encontraron en un museo mostrándolé sus pinturas con motivos orientales a su maestro, que le guiñaba cómplise el ojo ( el maestro parecía entender algo que ella no) Ahí despertó.... necesitó escribirlo, para leerlo y volverlo a ver de lejos, en unos días, meses o décadas,ver, con esos ojos que los años hacen que algo banal se convierta en algún tipo de " mensaje"; quizás en un tiempo se vaya el miedo de abandonar la vieja casa, quizás el tiempo la encuentre disfrutando un poco más del arte, quizás entonces entienda lo que en los sueños el agua, el mar, el ahogo, hace rato le vienen susurrando al oído...